Me lo dijiste para informarme, porque tú ya lo habías decidido, como siempre haces, y normalmente te limitas a informarme cuando has decidido qué es lo vas a hacer. Qué es lo que vamos a hacer o qué es lo que yo voy a hacer. Y me diste a leer el anuncio que habías impreso de la página de Internet:
Busco chica entre 30 y 38 años para que haga las tareas de mi casa. 3 horas por la mañana (llevar al niño al colegio, hacer las camas, la colada etc y despues un buen polvo si me apetece). Soy limpio, educado y solvente. Abstenerse curiosas. Anuncio serio. Pago 800 euros/mes de lunes a viernes. Edad 37 años
Lo leí y no dije nada. Callé. Pero tú te acercaste me cogiste de la entrepierna y me dijiste al oído lo que ya era evidente:
- Tienes la polla dura al saber que te voy a hacer cornudo y que me van a pagar por ello.
- No es cierto.
- Lo es. Tienes la polla dura. Durísima y eso sólo te pasa cuando vas a ser cornudo, cariño.
- Tienes razón. Me conoces demasiado.
- Te voy a poner los cuernos y encima me van a pagar. Son 800 euros por sólo tres horas al día.
- Sí.
- Y además te voy a hacer feliz.
- Sí
- Miel sobre hojuelas porque además tendré todo ese dinero para mis caprichos.
- Lo sé, podrás gastártelo en lo que quieras, como haces siempre.
- Y mientras estoy allí con él, haciendo las tareas domésticas, tú seguirás aquí haciendo todas las de la casa.
- Sí, Ama. Como siempre.
- Te he comprado un delantalito muy mono. Me gusta verte que con él para que te sientas más sumiso, más femenino, más puta.
- Sí, amor mío. Estoy de acuerdo y soy feliz al hacerlo.
- Entonces ven y vísteme que quiero ir sexy a la entrevista porque el chico es mucho más joven que tú, con dinero y quiero causarle buena impresión.
- ¿Me contarás cómo te folla?
- Con todos los detalles, no te preocupes. Te voy a hacer gozar cuando regrese todos los días y te lo cuente mientras te masturbas tu pito impotente.
Y te he vestido prenda a prenda con mucho mimo con ropa muy sexy, mientras te digo que te te amo, que amo el suelo que pisas y las cosas que tocas, el agua que te baña y hasta el aire que respiras. Que que te doy las gracias por dejar que te ame, por permitir que comparta el mismo aire que respiras, por poder estar en la habitación que tú estás y besar el sofá en el que te sientas.
Por dejarme ser tuyo, por pertenecerte, por saber que mi vida es tuya y que tu voluntad ya es la mía porque yo no existo sin ti y mis sentidos te pertenecen porque sólo pienso por ti y para ti; sólo siento por ti y para ti y sólo vivo en ti, siendo tuyo, cada día más tuyo.
Y mientras te ponía los zapatos de tacón y metía mi cabeza entre tus muslos para besar tu braga tanga, te he dado las gracias por hacerme tu sumiso cornudo porque ese es mi mayor placer: que tú tengas libertad absolutamente para todo y que yo no tenga libertad absolutamente para nada. Excpeto para amarte y entregarme cada día más a tu placer.
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