Y tú te has vestido con un tanga muy sexy y has esperado desnuda, con las tetas al aire, a que él llegara. Y cuando ha entrado y ha dejado la botella en el suelo, te has abrazado a él sin más excusas, lo has morreado y le has dicho que quieres follártelo
- ¿Y que pinta él? -te ha preguntado, señalándome con el dedo.
- No pinta nada -le has respondido tú. No te preocupes, que es mi marido sumiso y cornudo, y además es impotente. Lo vuelve loco que le ponga los cuernos y lo humille.
- Pero es que tengo que hacer el reparto por todo el edificio.
- No te preocupes que te lo hace el cornudo.
Eso le has dicho mientras lo coges de la mano y te lo llevas a la cama. Y yo me he dedicado a revertir las botellas por el edifico, mientras tú te lo follabas. Un trabajo duro, porque además, cuando me abría la puerta alguna de las vecinas, que nos conocen, me daban dos besos en la frente, como propina.
- Uno en cada cuerno -me decían riéndose.
Y luego me decían que te envidiaban porque ellas también querían tener un marido como yo. Incluso tu amiga más íntima, que vive en el 7º, me ha cogido de la mano y me ha dicho que me iba a dar la propina. Y me ha llevado a su cuarto y me ha echado sobre la cama para bajarme los pantalones y dejarme allí con el culo al aíre mientras te llamaba a ti por teléfono.
- ¿Cuántos orgasmos has tenido con el fontanero? -te ha preguntado
- Ya llevo tres corridas.
- Entonces qué hago con el cornudo?
- Dale 30 correazos en el culo, diez por cada orgasmo, para que sea cornudo y apaleado.
Y ella me ha dado los 30 correazos en el culo, me lo ha puesto bien rojo, mientras tú oías mis gruñidos de dolor y placer por el teléfono. Y luego he seguido con el reparto hasta que tú has terminado de follarte al butanero y me has llamado para que pase a lamerte el coño dejártelo bien limpito, mientras te digo que te amo, que te quiero con locura, que quiero ser más sumiso y cornudo aún porque contigo todo esto me parece poro.
Que quiero ser tuyo para amarte más aún, para ser tú misma y que mis pensamientos te pertenezcan porque sólo pienso por ti y para ti; sólo siento por ti y para ti y sólo vivo en ti, siendo tuyo y sintiéndome tu puta sumisa. Tu cornudo sumiso que te ama más que a mi vida.
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