San Valentín cornudo



Sueño contigo, en que por fin te he encontrado y te deseo un feliz día de San Valentín, amor mío. Feliz día sumiso y cornudo para mí, y dominante y orgulloso para ti. Como debe ser, porque con este comentario te diré, una vez más, que te amo, que quiero ser tuyo, que te suplico que tu poder sobre mí no tenga límites. Y te doy las gracias por permitirme ser tu cornudo sumiso. Gracias, amor mío, por permitirme el lujo de disfrutar de ti, de tu poder, de tu estricta severidad y tu dulce cariño.

Te amo. Gracias por dominarme y amarme tanto como yo te amo a ti. Gracias por darme la vida porque vivir sin ti no es vida, es la nada. Gracias por sacarme de esa nada en la que vivía y darle a mi vida un sentido que me hace ser feliz con saber que existes, que eres, que estás y que me permites amarte como yo siempre he soñado. Los sueños existen y a veces se cumplen. Gracias por hacer realidad todos mis sueños.

Porque mi amor por ti, mi sumisión a ti, mi humillación como sumiso y como cornudo, mi entrega a tu caprichos y el formar parte de tu voluntad, el ser tu más sumiso esclavo, me lleva a una paz interior que me mantiene en un limbo de éxtasis. No sé si me explico, pero lo que siento no se puede definir. Es como estar en el cielo, en el paraíso, porque lo que siento al amarte, ser tu cornudo sumiso y gozar con tus humillaciones y caprichos, es lo que se debe sentir en el cielo, si existe. Y si no existe vida después de la muerte, yo ya la he encontrado en esta vida, gracias a ti.

Por eso me gustaría poder regalarte en este día la cadena de la foto con la Q y la Reina de Picas que es el símbolo de mi amor absoluto por ti. Para que la lucieras en tu tobillo y los dos supiéramos lo que significa. Nosotros y algún otro u otra que también sepan qué significa, amor mío. Y que te pasearas con ella orgullosa por el trabajo y los lugares públicos. O que te tatuaras en el tobillo el símbolo resumido en la Reina de Picas con la Q dentro. Pero si no quieres, me basta con la cadenita.
Y te doy las gracias de rodillas por todo esto y por hacerme el hombre más feliz del mundo, por hacerme comprender cuál es el sentido de la vida que no está en el lujo, en tener posesiones, en la religión, la política o la filosofía, sino en ser, sencillamente, tu cornudo sumiso, para amarte con locura y pasión hasta el fin de mis días. Morir en tus brazos sin haberte jamás follado como símbolo de mi amor total por ti. Un amor absoluto, sin límites.

Gracias, mi Ama, por hacerme conocer el cielo en la Tierra. Porque soy feliz y cuanto más me sometes, más me privas de mi libertad, más te amo. Pero a veces lloro desconsolado porque todavía soy muy libre. Por no poder ser más sumiso, por no poder amarte por completo, por ser aún libre. Y no quiero serlo. Quiero que elimines cualquier atisbo de libertad, por pequeño que sea, para encerrarme en ti y estar en clausura como un monje con su Diosa. Para dedicarte sólo a adorarte y amarte, porque si no es así mi vida no tiene sentido. Quiero estar las 24 horas del día amándote, adorándote y humillándome para que tu goces, porque tu placer me hace gozar y tu felicidad es la mía.

Te he propuesto eliminar a todos mis amigos de Facebook y quedarme sólo contigo (mientras tú mantienes a los que quieras), para estar encerrado a solas contigo, sin nadie más, sin nadie que perturbe mi entrega y devoción a ti. Sin nadie que intefiera en mi absoluto amor pot yi. Pero me has dicho que no: "todo a su tiempos". Y lo he aceptado. Cuando tú quieras, amor mío.

Por eso te pongo aquí esta flor en este día: para decirte que quiero que me coloques la correa que me ata a ti, la correa que te ofrezco voluntariamente para que me la ates en mi cuello, aunque los dos sabemos que no existe tal correa, sino la libre aceptación de que tu voluntad es la mía y de que los cuernos que me pongas me liberan porque me hacen amarte aún más.

Por eso te suplicaré que tires de la correa para acercarme a ti, para atarme a tus deseos, porque te amaré tanto que no querré ser libre ni tan siquiera unos centímetros. Nada. Porque deseo vivir la vida junto a ti, una vida “normal” en la que tus deseos anularían cualquier otra norma, en la que tus caprichos serían leyes y tus antojos reglamentos.

En la que la humillación y los cuernos serán una prueba de que de verdad me amas y de que te amo sin límite, porque cuando más cornudo me hagas más te amaré. Y seré feliz porque ya sé que no existe vida fuera de ti y sin ti sólo encuentro el frío del vacío del Universo pues tú eres la vida, la esencia de la vida; de la nueva vida en la que sin ti nada es nada y todo es nada, porque tú lo llenas todo.
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